Concha de ganzo
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Lleva muchos años vinculada al mundo del periodismo tanto en Lanzarote, como en el resto de Canarias y desde hace unos años desde Madrid. Ha trabajado en el semanario Lancelot, en Canarias7, La Gaceta de Canarias, Cadena Ser, Televisión Española, Mediapro y La Provincia, entre otros medios.
Para Concha de Ganzo, la publicación del El crimen de las hermanas Cruz (Ediciones Remotas, 2019) supone cerrar una historia que la persigue desde finales de los años ochenta, cuando llega a Lanzarote y alguien le cuenta la tragedia de María y Petra Cruz. Desde entonces entendió que este drama merecía ser contado, en un intento de explicar o por lo menos tratar de entender las razones que se esconden detrás de las grandes injusticias. En un tiempo tan complicado como el que le tocó vivir a los lanzaroteños pobres de aquel principio del siglo XX.
OBRA DE la AUTORa
Título: El crimen de las hermanas Cruz
Lanzarote, 1919. Los caciques, escasos pero absolutistas, dictan la ley de una isla que malvive sumida en la miseria. Una mañana de mayo, la ventera y prestamista María Cruz aparece degollada. Su hermana Petra —separada, pobre, inteligente y alfabeta— es elegida como chivo expiatorio del crimen. Todo el mundo sabe que no fue ella, pero todo el mundo calla. Este suceso ha perseguido a al periodista Concha de Ganzo desde que lo conoció a finales de los años 80.
Ante la imposibilidad de construir un relato periodístico, con información contrastada y fuentes fidedignas casi un siglo después de los hechos, Concha de Ganzo decidió hilvanar una novela de ficción inspirada en un episodio negro, negrísimo, de la historia lanzaroteña.
La escritora conoció por primera vez el suceso a finales de los años 80 del siglo pasado. Desde entonces, ella —que se confiesa “muy preguntona” y le encanta hablar con personas mayores— no ha dejado de intentar averiguar algo más sobre un episodio “horrible” que le suscitaba varias preguntas: “¿Cómo es posible que todo el mundo, aparentemente, supiera quién era el asesino y no hiciera nada?”. Hoy maneja una respuesta poco alentadora pero llena de lógica histórica: “Entiendo que la gente calló por supervivencia, porque si levantabas el dedo a lo mejor te culpaban a ti”.
A lo largo de las cien páginas de la novela, el lector se ve inmerso en un relato con tintes de thriller y claustrofóbica crónica costumbrista. Un texto que combina datos extraídos de sentencias judiciales con personajes y explicaciones imaginadas.
Ni los tribunales de la época, ni esta ficción contemporánea, aclaran lo que sucedió en aquel pueblo de Teseguite de principios de siglo XX, en una isla en la que era imposible sobrevivir sin la cooperación vecinal. Había que prestar el agua para sancochar las batatas y siempre echar un mano para ahuyentar a la enfermedad y el hambre. “Un gobernador civil llegó a contratar barcos para sacar a la gente de Lanzarote porque aquí no se podía vivir”, recuerda Concha.
Publicado por Ediciones Remotas. Año 2018. Páginas 128.